
Desde que Canya Verda dieron un giro de 180º a su música y se reinventaron como Murmur en 1994 han pasado muchas cosas. De hecho son ya muchos años. Podríamos decir que tienen el secreto para conservar esa longevidad como grupo musical, no tener prisa. Sencillo, ¿no? No la han tenido jamás, siempre les ha gustado hacer las cosas a su manera. ¿Independientes? Sí, completamente.
Han pasado décadas y las han llenado de canciones que ahora forman parte de la banda sonora de sus vidas y de las de muchos. Les han influenciado y han influenciado. Se han cargado de experiencias que han guardado como oro en paño y las han convertido en letras y notas musicales, para sentirse vivos y para hacernos sentir como parte de ellos. El tiempo les da la razón ahora, muchos años más tarde. En todos sus discos cuidan los detalles, como si fueran piezas de artesanía. En el último hasta la fecha, además, recuperando aquél catalán en el que cantaban cuando todavía eran unos chavales que se hacían llamar Canya Verda. Porque todavía tienen ganas y porque les da la gana.